¿De qué hablamos cuando hablamos de suicidio?
El suicidio es un fenómeno complejo en el que intervienen muchas causas que ponen en riesgo tu vida, no es una problemática individual y es considerado un problema de salud pública, que afecta principalmente a jóvenes de entre 12 y 29 años de edad.
Según la Organización Mundial de la Salud, se entiende por suicidio “a todo acto por el que un individuo se causa a sí mismo una lesión, con un grado variable de la intención de morir, cualquiera sea el grado de la intención letal o de conocimiento del verdadero móvil”.
Las personas con conductas suicidas atraviesan diferentes etapas que van desde la ideación suicida, la elaboración de un plan, la obtención de los medios para hacerlo, hasta llegar a la posible consumación del acto. Es importante saber que es entre estas etapas donde se puede intervenir, presentando una actitud abierta y comprensiva, escuchando, hablando y compartiendo.
Si bien las causas que llevan a una persona a pensar y/o tomar la decisión de suicidarse son múltiples, es importante saber que la mayoría de los suicidios pueden prevenirse.
Quienes atraviesan esta situación no quieren morir, sino que quieren dejar de vivir en las circunstancias en las que se encuentran.
Mitos sobre el suicidio
FALSO! Quienes hablan de suicidio pueden estar pidiendo así ayuda o apoyo. Muchas personas que piensan en el suicidio presentan ansiedad, depresión y desesperanza, y pueden considerar que carecen de otra opción.
FALSO! En la mayoría de los suicidios, las personas presentaron signos de advertencia en sus expresiones y en la forma de comportarse. Desde luego, algunos suicidios se cometen sin advertencia previa, pero es importante conocer los signos de advertencia y tenerlos presente.
FALSO! Por el contrario, lxs suicidas suelen cambiar su opinión acerca de la vida o la muerte. El acceso al apoyo emocional en el momento propicio puede prevenir el suicidio.
FALSO! Que una persona intente suicidarse indica que no se está sintiendo bien, que no es feliz, que quisiera encontrase de otra forma, pero no necesariamente que tiene trastornos mentales.
Es necesario prestar atención a algunas señales de peligro y no minimizarlas:
¿Qué podemos hacer?
Tomar en serio cualquier manifestación, amenaza o sospecha. Encontrar un momento adecuado y un lugar tranquilo para hablar con la persona por la que estás preocupadx:
Si creés que la persona corre un peligro inmediato, ¡no la dejes sola! Pedí ayuda profesional a los servicios de emergencia, a un teléfono de asistencia para personas en crisis o a un profesional sanitario, o hablá con sus familiares.
Si la persona por la que estás preocupadx vive con vos, asegurate de que no tenga acceso a medios para autolesionarse (como pesticidas, armas de fuego o medicación) en el hogar.
Alertá a los sistemas de contención de salud o seguridad.
Algunos datos
¿Dónde podemos buscar ayuda?
Fuente: Reppeto F, Florito J (2018) Hacia un abordaje del suicidio en la adolescencia en la provincia del Chaco. Documento de trabajo n° 176. CIPPEC. Programa de Desarrollo Social. Area de Desarrollo Social.