¿Consumir es un problema?

Estamos insertos en sociedades enmarcadas dentro de un sistema que predica el constante consumo de productos y servicios, vivimos en un mundo de cambios constantes y en un presente continuo que nos lleva a tener distintas actitudes para poder ser y sentirnos parte del mismo. 

Debemos comprender los consumos de sustancias psicoactivas entre adolescentes y  jóvenes, dentro de un marco en el que, por un lado se experimenta la presión por consumir más ciertos objetos -tecnología, ropa, viajes, etc.- pero al mismo tiempo, se castigan y criminalizan  otros consumos, como los de sustancias psicoactivas.

No todos los consumos son problemáticos, es decir, no afectan significativamente nuestras relaciones ni las actividades que realizamos. De las personas que consumen sustancias psicoactivas, la mayoría no tiene consumos problemáticos. No obstante, es importante tener en cuenta que usar sustancias psicoactivas, cualquiera sea, tiene riesgos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) plantea que un consumo comienza a ser problema cuando se introduce una sustancia en el cuerpo y esta produce alteraciones tanto en la salud física, psíquica y en las relaciones interpersonales. Esto puede darse de forma ocasional o crónica.

Concebimos al consumo problemático de sustancias psicoactivas como un problema de salud social que involucra a todos los actores de la comunidad: el Estado, la familia, las instituciones de la salud y la educación, las empresas y lxs trabajadorxs, las iglesias, las organizaciones sociales y políticas, la comunidad en su conjunto.

La Ley 26.934/14 de Plan Integral para el Abordaje de los Consumos Problemáticos (IACOP), en su artículo 2º los define como: “aquellos consumos que —mediando o sin mediar sustancia alguna— afectan negativamente (…) la salud física o psíquica del sujeto, y/o las relaciones sociales. Los consumos problemáticos pueden manifestarse como adicciones o abusos al alcohol, tabaco, drogas psicotrópicas — legales o ilegales— o producidos por ciertas conductas compulsivas de los sujetos hacia el juego, las nuevas tecnologías, la alimentación, las compras o cualquier otro consumo que sea diagnosticado compulsivo por un profesional de la salud”.

 

¿Cómo y cuándo afectan negativamente?

Esto no depende únicamente de las sustancias ni de las personas individualmente consideradas, sino de la relación que se da entre la persona, la sustancia y el contexto. Es preciso considerar como mínimo esas tres dimensiones. Además, existen diferentes niveles de consumo de acuerdo al vínculo que la persona tiene con la sustancia (uso, abuso, dependencia). 

Muchas veces tiende a identificarse a todx consumidorx con un adicto y estigmatizarlo, incluso teniendo en cuenta que solo un grupo relativamente pequeño adquiere características problemáticas en sus consumos. 

 

Hablemos de sustancias

Las sustancias psicoactivas son sustancias que al ser ingeridas pueden modificar la conciencia, el estado de ánimo, los procesos de pensamiento y otros cambios en la persona,  una vez incorporadas al organismo. Hay distintos criterios para clasificarlas.

Desde el punto de vista de su origen, hay sustancias psicoactivas naturales y otras que se producen artificialmente.

Desde el punto de vista legal:

  • Licitas o Legales son todas aquellas que están normadas y tienen ley de carácter comercial como los medicamentos, el tabaco y, el más común de todos, el alcohol. 
  • Ilícitas o Ilegales son aquellas que aún no se encuentran normadas, como la cocaína y la marihuana, entre otras. Es importante decir que legales o ilegales, en exceso pueden generarnos problemas en nuestro cuerpo, nuestras emociones y nuestra vida cotidiana.

También se puede clasificar a las sustancias según su acción sobre el sistema nervioso como: 

  • Depresoras, que producen un funcionamiento más lento del cerebro, lo “adormecen”. Pueden provocar desde desinhibición hasta el coma. Por ejemplo: alcohol, heroína, morfina, tranquilizantes, hipnóticos, opiáceos o inhalantes
  • Estimulantes, que aceleran el funcionamiento del cerebro, quitan el sueño y provocan inquietud e hiperactividad. Algunos ejemplos: cocaína, nicotina del tabaco, cafeína xantinas y anfetaminas.
  • Perturbadoras son las que alteran el funcionamiento del cerebro y pueden producir, entre otras cosas, alucinaciones (ver, oler, oír o sentir cosas que en realidad no existen). Esto puede pasar con las setas, LSD, éxtasis y marihuana.
  • Alucinógenos producen alteraciones de la sensopercepción, del humor y de la conciencia. Incluyen LSD, ayahuasca, mezcalina y hongos alucinógenos.

 

Algunos datos:

En lo que concierne al consumo de drogas ilícitas, en Chaco se observa una diferencia con respecto a los datos a nivel nacional sobre la tercera sustancia más consumida. Mientras que en la provincia el tercer lugar lo ocupan los analgésicos opiáceos (5,7%) y con un valor cercano, marihuana (5,4%), a nivel nacional la tercera sustancia de más alto consumo es la marihuana, la sigue en importancia el consumo de cocaína con 3,1%. El 6,5% de la población probó alguna vez alguna droga ilícita en Chaco y en el ámbito nacional ese valor asciende a 18,3%.

El consumo de cocaína durante el último año en la provincia se ubica como tercera sustancia (1,6%) y luego marihuana (1,0%), mientras que en los datos nacionales el consumo de marihuana está en tercer lugar (7,8%) y cocaína en cuarto (1,5%). Tanto en los datos nacionales como en los datos provinciales, es la franja de 18 a 24 años la que muestra mayor consumo anual de cocaína (3,0% Nación / 3,4% Chaco).

En relación al consumo reciente de marihuana y cocaína, la población de mayor consumo es la que integra las franjas de edad  entre 18 a 34 años. El 3,4% de la población de 18 a 24 años consume cocaína y un 2,0% pertenece al grupo de 25 a 34 años. El uso de marihuana en las edades de 25 a 34 años es levemente superior que el consumo en el grupo de 18 a 24 años (2,0% /1,8%, respectivamente).  

La tasa de mayor consumo de alguna droga ilícita se encuentra en la población de 18 a 34 años y especialmente en el grupo de 18 a 24 años con 3,4%.

La franja de edad entre  25 a 34 años presenta mayor consumo de marihuana y el grupo de 18 a 24 años es el de más alto consumo de cocaína.

Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que los patrones de consumo de alcohol más altos en Argentina se dan en los adolescentes de entre 15 y 19 años. El porcentaje de usuarios de alcohol en nuestro país es muy alto temiendo en cuenta que el consumo medio de alcohol diario en el mundo es de 33 gramos de puro alcohol, lo que equivale a 2 vasos de vino, una cerveza grande o dos chupitos de alcohol fuerte. Globalmente, el 45 % del alcohol consumido es alcohol fuerte, seguido de la cerveza (34 %) y el vino (12 %)”. 

 

Es importante considerar a adolescentes y jóvenes que están en situaciones de consumo problemático como sujetos de derecho, con capacidad de crecer, expresarse y proyectar, y no como criminales ni delincuentes.


Si vos a alguna persona que conocés está pasando por situaciones de consumo problemático, podes asesorarte gratuitamente y ser atendido en cualquier centro público del país. Si necesitás hablar de eso o tenés dudas al respecto, podés contactarte con la LINEA 141 de SEDRONAR. Es gratuita, anónima y confidencial. Funciona las 24hs. los 365 días del año. También podes ingresar a  www.sedronar.gob.ar  https://www.argentina.gob.ar/jefatura/sedronar

 

Fuentes: