Amores diversos y sanos
Los modelos de pareja han cambiado, esto comprende diferentes formas de generar vínculos con otras personas. Un vínculo erótico-afectivo (de cualquier intensidad, duración o nivel de compromiso) implica una responsabilidad hacia vos mismo y hacia los demás. Es una suma de elementos: placer, disfrute, cuidado y respeto mutuo, confianza, afecto y crecimiento personal.
Todas las formas de construir relaciones son válidas, si se hacen desde el amor, la igualdad, la libertad. ¡Tenés derecho a amar a quien quieras!
Cualquiera puede vivir y sentir el amor, independientemente de la orientación sexual, la identidad de género, la cultura o la edad.
Vínculos en igualdad
Cuando los vínculos se construyen en igualdad podemos actuar tal cual somos, hay confianza y reciprocidad. Siempre se pueden generar acuerdos que respeten nuestra autonomía, que propicien que compartamos espacios que prioricen el placer y el goce, donde haya apoyo mutuo y lugar para el crecimiento personal.
Cuando estoy con alguien tengo derecho a:
Amor en igualdad vs Mito del amor romántico
A lo largo de nuestra vida aprendemos ideas sobre situaciones amorosas, creencias sobre el amor y cómo vincularnos, esto se da en la familia, la escuela, los amigos, muchas veces estableciendo lo que “debería ser” o está permitido. De eso hablamos cuando hablamos de género: de un conjunto de normas, valores, que contemplan las formas de ser varones o mujeres en un tiempo y en una cultura particular. Esto forma parte de nuestra identidad, nuestra forma de autopercibirnos y de lo que esperamos de las otras personas.
Así es que la escuela, la casa o los medios de comunicación van definiendo qué se espera de una mujer y qué de un varón. Mientras que a las chicas se las educa para ser madres, sensibles, sumisas y bellas, a los chicos para mostrar fortaleza, valentía e ingenio. Las conductas machistas se construyen sobre estos estereotipos de género. Son acciones y actitudes cotidianas, muchas veces invisibles, que se dan en la forma de relacionarnos y afectan la autonomía y los derechos de las mujeres, lesbianas, travestis y trans.
En este sentido, se fueron creando expectativas y marcando cómo deberían ser nuestros vínculos amorosos. Mandatos donde el amor lo “justifica todo”, incluso conductas que nos lastiman. El “amor romántico” muchas veces nos lleva a soportar desigualdades de género, soportar vínculos no sanos, en donde los celos, las burlas y las amenazas se vuelven algo “común”.
En tus vínculos puede existir confianza, sin perder intimidad. Se puede estar con alguien sin tener que compartir y contarse absolutamente todo.
Hay que tener en cuenta que nosotrxs no somos dueños del otro, porque tanto el otro como yo somos personas libres, separadas. Podemos estar acompañados por un otro, pero esto no quiere decir que debamos completarlo o que esa persona nos complete, porque cada uno de nosotros ya es una persona entera y completa. Cuando se construye un vínculo igualitario no se necesita “completar una naranja”.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que tanto el otro como yo no somos perfectos y nos podemos equivocar. Somos libres y por lo tanto, debe ser un espacio de seguridad y de respeto por la diferencia.
Cuando estamos en pareja, lo mío sigue siendo mío y así con quien me acompaña. Cada uno de nosotros tiene su propia personalidad, sus amigos, familiares, sus actividades, y es esto lo que debemos respetar, así como también lo privado de cada uno.
Algunas frases o acciones que escuchamos o vemos acerca de lo que es amor, no siempre reflejan un vínculo amoroso igualitario.
Esto muchas veces nos lleva a frustrarnos y a angustiarnos por no ser lo que la sociedad espera de nosotros.
Frases del amor romántico:
VS. Frases del amor en igualdad:
Definiendo e identificando las violencias
Cuando hablamos de violencias en los vínculos nos referimos a:
Actitudes y comportamientos relacionados con el maltrato permanente a través de insultos, prohibiciones, humillaciones, amenazas y manipulaciones por medio de los celos. Se ejerce mediante golpes en el cuerpo o cara, presiones y el control permanente sobre la vida del otro, sus amistades, tiempos, espacios y proyectos de vida.
Se manifiesta en relaciones desiguales, donde existe abuso de poder de una persona sobre otra.
Dentro de estas situaciones, identificamos a la violencia de género, producida por relaciones de poder, históricamente desiguales, hacia las identidades femeninas. Su origen se encuentra en el sistema patriarcal* predominante en nuestra sociedad.
Cuando se habla de violencia de género automáticamente pensamos en agresiones físicas, amenazas de muerte y femicidios. Pero estas situaciones violentas son posteriores a actitudes que suelen minimizarse o justificarse en las relaciones amorosas, y que son un llamado de atención que debemos atender para evitar vínculos violentos y tóxicos. Pueden darse tanto en vínculos heterosexuales, como también, de la diversidad y disidencia sexual.
Es indispensable identificar a tiempo estar “alertas”, conversar de la situación con amigos, familiares o alguien cercano, hacer la denuncia o pedir ayuda para realizarla.
Señales de un vínculo violento. ¿Cómo te das cuenta?
Cada una de estas situaciones son formas de violencia, en nuestro país la Ley 26.485 las clasifica en distintos tipos:
¿Cómo ayudar a una persona que se encuentra en un vínculo violento?
¿Dónde pedimos ayuda?